Si es destino nos dejara vulnerables y equivocándonos otra vez volvieramos a estar juntos, ya nose si todo sería tal como suponiamos que iba a ser en un posible reencuentro. Sin querer te deforme la personalidad, y te amolde al mejor estereotipo de ogro maldito, para que mi entusiasmo dudara de mis ganas. Para dejar de quererte un poco, te añadí un par de defectos, y borré de mi memoria tus mejores cualidades. De a poco fui creando el desinterés necesario que requería para alejarme de vos, y si bien también me tome el trabajo de construir paredes inamovibles entre nosotros, alguna que otra vez te tomaste el atrevimiento de venirme a visitar. También legalice mis sentimientos con otra persona e hice que se difundan en oidos de los demás, para que me sirva como herramienta para tenerte distante. Pero resulta que mi trabajo de hormiga tan minucioso, no sirvio de mucho, porque seguís paseandote por mi vida como si te fuese propia y no dejas rincón en mí sin marcar. Ya es hora que te animes a crear tus propios métodos para deshacerte de mí, porque yo ya hace tiempo me rendí.