" Las personas posesivas y celosas, a medida que pasa el tiempo está comprobado que son más propensas a tener problemas cardiovasculares." Nota que leí en la revista VIVA ya hace un par de semanas.

Que dificil se le hace a una persona orgullosa pedir disculpas, cuando los celos le remuerden la conciencia. Se te nubla la mirada y recordás sólo lo que querés recordar para seguir alimentando la ira.Se te seca la sangre, y tus ojos no pueden llorar. El pecho se te cierra y por más que quieras respirar profundo,hasta el menor suspiro duele. " Perdoná " grita tu alma, pero tu mente no deja que las palabras se escapen.Te mordés el labio y seguís tratando de defender lo indefendible, mientras que nuestras miradas nunca se entrecruzan, y la soberbia que expresan tus pupilas es infinita. No hace falta la agreción física, las palabras asfixian más que cualquier puñal en el pecho.Y mientras te das vuelta con la mirada bien en alto sin pedir disculpas por el escándalo de gritos irrazonables,dejás atrás lo ocurrido y te vas con el remordimiento y los celos fóbicos que terminaron por desgastar y finalmente acabar con tu reación.
Sorry seems to be the hardest word.