Idea cuya fuerza parece traspasar el umbral de lo incuestionable desde que el tiempo era tiempo. Una de las frases más dichas, uno da lo que recibe.
Tan simple como entender que lo que uno hace, actitudes, pensamientos, todo tiene una vuelta, una respuesta.
Considero que sin prejuzgar al otro, uno debería primero proveer al projimo; y ver sus propias acciones y reflexionar sobre las mismas, antes de criticar y advertir al resto o esperar recibir del otro. Uno debería otorgar y regalar cada conducta positiva sin tener que accionar según las acciones de un destinatario.
De aquí, otro dicho que se entrelaza, cosecharas lo que siembras, en donde uno genera la energía recibiente según la energía dada.
Por lo cual, si se actúa de forma dañina, si se vive una vida egoísta, si uno no ayuda al prójimo, si nos enojamos constantemente y nos mostramos regularmente agresivos; en devolución obtendremos lo mismo.
Por supuesto que si el camino es otro, en donde uno siempre ve el lado positivo en los demás, si hablamos de manera constructiva, y tratas cordialmente a las personas, obtendremos beneficios y lo mismo te será devuelto.
Claro está que los seres humanos se transmiten corrientes, sinergias e impulsos, los cuales tienen una respuesta en su destinatario. Procuremos entonces, dar sin recibir nada a cambio y cosechar de forma positiva para recibir resultados efectivos.