Friday, August 05, 2011

Vintage Love




La angustia más vieja del mundo, es pensar en poder llegar a perder al amor de tu vida.
Cuando una relación se termina, todos opinan de ella, para bien, para mal, juzgan a los protagonistas, idean supuestos y critican.
Al crecer, uno se da cuenta que varios factores afectan una relación, no solo la cuestión amorosa sino también circunstancias, vivencias, y terceros. Que el contigo pan y cebolla es solo un dicho y que realmente influye todo a la hora de proyectar junto a tu pareja.
Deje nuestro camino bifurcarse, que así como aprendimos a amarnos, aprendamos a necesitarnos y extrañarnos. Aprender a que el amor a veces también duele, que no todo es color de rosas y que existen los sobresaltos y las crisis. Pero si el amor es constante, puede perdurar a través del tiempo.
Deje sin quererlo, que ambos conociéramos otras personas, para darnos cuenta que toda escoba nueva siempre barre bien, que nos van a ofrecer mejores cosas, o que van a surgir grandes coincidencias que no pasaban antes. Deje que otros cuerpos se conecten con los nuestros, pero en todos ellos te encontraba. Deje de pensar en el amor para toda la vida, porque mi relación tuvo muchas lagrimas al final.
Pero…Así y todo yo siempre gire y volví a mirar hacia atrás, inconscientemente y sin querer compare, y todos estos dos años solo me ensenaron a que mi camino por mas que se bifurque, quiero que vuelva al mismo lugar donde empezó.

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